Un juego que recordará a The Last of Us y otros juegos de «zombis», pero con unos enemigos más ágiles y numerosos (los «freakers») que junto a una elevada dificultad, serán dos de sus señas de identidad…
Tras el retraso de Days Gone a 2019, Bend Studio (creadores de, entre otros, Uncharted El Abismo de Oro para PS Vita) tiene más tiempo para pulir su prometedor juego de «zombis» en mundo abierto, que ya cuando se presentó oficialmente en la feria E3 de 2016 causó sensación por algunas de sus ideas.
Nuestra primera toma de contacto con Days Gone ha sido con una nueva versión del código, para ser exactos una versión «alpha» (más «verde» o anterior que una beta) con el juego entero, la misma que estará disponible para los asistentes a la feria E3 del mes que viene.
Nos dejaron jugar cerca de 40 minutos, y más concretamente dos misiones que tienen lugar poco después de la primera hora de juego. La primera nos invitaba a buscar unas vendas para Boozer, uno de los más de 20 personajes principales que tendrá el juego (que según sus creadores, durará más de 30 horas sólo para completar la historia principal).
Comenzamos esta misión en nuestro campamento, cerca de nuestra moto… que como ya han comentado sus creadores, será una de las piezas centrales de nuestra supervivencia (y será única, en el sentido de que tendremos que cuidarla y allí donde la dejemos, nos esperará a que la recojamos).
Nada más subirnos en la moto (que muestra los niveles de gasolina y daño), un pequeño minimapa aparece en la esquina derecha, indicándonos de forma algo «vaga» la dirección por la que debemos ir. Como ya se ha desvelado, Days Gone tiene lugar en Oregon, y a menudo recorreremos zonas salvajes, sin carreteras, y este minimapa mostrará más o menos esos caminos.
Esta misión, al menos en nuestra partida, transcurre de noche, por lo que la visibilidad es algo limitada. Nuestra tarea es llegar a uno de los puestos de la N.E.R.O. (para los amigos, National Emergency Response Organization) o lo que es lo mismo, las unidades que intentaron frenar la plaga de «freakers» (esta versión estaba en inglés, desconocemos como se les llamará en castellano).
A lo largo del juego encontraremos numerosos puestos de N.E.R.O. por el mapeado de Days Gone, y cada uno será al mismo tiempo un puzle, y un lugar con mejoras y objetos a «lootear» (o saquear, para los que quieran el equivalente en castellano).
Nada más llegar a la zona con el puesto N.E.R.O, un pequeño grupo de «freakers» (las criaturas «zombificadas» del juego) nos recibe. Probamos el sistema de combate cuerpo a cuerpo con un bate de béisbol que, tras unos cuantos golpes, se rompe. La astilla final nos sirve para atravesar la garganta de un «freaker»).
Al resto lo despachamos con la pistola (son lo suficientemente ágiles para hacer fintas y esquivar algún tiro). El ruido de los disparos alerta a unos cuantos «freakers» más… y tras combatir tanto cuerpo a cuerpo como con armas de fuego, acabamos muriendo. Esa será una de las señas de identidad de Days Gone: no será fácil, y nos invitará a que pensemos cada paso. Tampoco nos van a llevar de la mano.